Traducir, ¿Hacia o desde el idioma nativo?
- Publicado por Stephen Whiteley
- el 12/08/2014
- Technical translations, traducciones tecnicas
Algunos se preguntarán por qué me hago esta pregunta. ¿No sería mucho mejor que los nativos tradujeran hacia su propio idioma?
Sí, pero…
Desde el punto de vista ortodoxo, solamente un nativo puede dar con la expresión correcta que convenga mejor según el sentido del texto origen y así evitaría errores gramaticales. Un caso desde un enfoque alternativo: Solamente los nativos pueden entender completamente el significado y asociaciones, aspectos culturales y demás del texto origen. Y los errores en la traducción son, según mi experiencia, el resultado de un mal entendimiento en el origen.
Supón que das con alguien, no nativo, con mucha fluidez en el idioma meta. Ninguno de los errores que él o ella pueda cometer será estilístico, gramatical y/o sintáctico, los que serían muy obvios para el lector nativo. Los errores que comenten los traductores que traducen a su lengua nativa son más difíciles de detectar, porque ellos, esperemos, están expresados en un idioma más distinguido. Para terminar, de facto, con una situación en la que toleramos los errores invisibles de la precisión proporcionada ya que no hay errores visibles en el estilo gramatical. Y todavía nos encontramos con casos donde a la precisión no se le da tanta importancia como a la facilidad para corregir esos errores gramaticales.
Otro factor desfavorable es el lugar de residencia. Un lingüista americano que vive en Shanghái tiene más fácil encontrar fuentes chinas que otro que viva en Nueva York, pero al mismo tiempo puede que esté desactualizado en cuanto a la terminología “normal” actuales, jergas juveniles, etc. Esto es algo especialmente relevante en el caso de las culturas que tienen menos protección global que la inglesa o china y donde los lingüistas que viven en el extranjero pueden estar desactualizados con respecto al uso moderno de su propio idioma.
No estoy pidiendo, ni mucho menos, un cambio de ortodoxia. De hecho creo que la mejor solución para un nativo del idioma origen es colaborar con un nativo del idioma meta, ya que algunas de las mejores colaboraciones en traducción se dan entre miembros de la misma familia o cercanos, donde cada uno tiene una lingüística y un trasfondo cultural diferentes. En Quicksilver, a veces, tenemos una fuente nativa para traducir el texto y luego un nativo en el idioma meta para revisar y corregirlo, centrándose en el estilo. A veces, lo hacemos al contrario; el lingüista nativo se concentra en la precisión. Ambos métodos funcionan perfectamente.
Últimamente, hemos traducido artículos del inglés al español en la que se incluía la frase “the last straw”. El traductor no sabía que esto era una referencia de la expresión en inglés “the last straw which broke the camel’s back”. Un nativo inglés se habría dado cuenta rápidamente de la intención del escritor y podría haber encontrado fácilmente su equivalente en español; “la última gota que colmó el vaso”. La última gota (de agua) hizo que el vaso colmara. En cambio, el traductor nativo español lo tradujo por “la última paja” que tiene el poco afortunado significado coloquial de “la última masturbación”.
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