Certificación ISO 9001 – El factor diferenciador en la traducción. Parte 2
- Publicado por Stephen Whiteley
- el 22/07/2014
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La dificultad fundamental a la hora de valorar las traducciones es que se trata de un campo muy subjetivo. Ciertos aspectos de la traducción, tales como la terminología específica de la industria, a menudo simplemente están equivocados. Sin embargo, es cierto que, en general, si a diez traductores se le proporciona una frase sustancial para traducir, se recibirán diez versiones diferentes. Por tanto, ¿cómo se mide la calidad, y cómo se puede estar seguro de estar recibiéndola en un área tan objetivamente difícil de evaluar?
La ISO 9001:2000 es un método bien definido, que ofrece seguridad a los clientes que están recibiendo servicios de una empresa que puede proporcionar una calidad consistente. La ISO 9001 es un conjunto de normas internacionales que establece la gestión de la calidad, y los sistemas de garantía de ésta dentro de organizaciones. Como certificación de terceros, autentifica la adhesión de un proveedor a un conjunto de procedimientos de calidad bien identificado, bien definido y bien documentado que facilite la entrega de productos y servicios. En otras palabras, la norma ISO 9001:2000 examina todo lo que hace una empresa para ofrecer su servicio o negocio de productos profesionales. Aplicado al mundo de la traducción, es importante tener en cuenta que la norma ISO 9001:2000 no puede garantizar la calidad o la exactitud de una traducción específica. Sin embargo, sí garantiza un servicio profesional de gran calidad, gestionado y medido de una manera objetiva.
El propósito principal de la norma ISO 9001:2000 es garantizar al cliente que la agencia de traducción en cuestión se ha documentado y ha mantenido un sistema de calidad que garantiza la calidad máxima posible de su producto.
La certificación ISO 9001:2000 solo es posible siempre y cuando los procesos de la empresa cumplan con los estándares internacionales especificados, por los cuales una empresa y sus empleados centran su atención en la calidad, la corrección de errores, y la prevención de la recurrencia de éstos.
Por ejemplo, la norma ISO 9001:2000 exige la incorporación de alguna forma de medición de la satisfacción del cliente directamente a los procesos centrales de la compañía, así como de procedimientos para tratar los comentarios de los clientes.
Además, la calidad de los proveedores (en este caso los traductores que llevan a cabo el trabajo de la agencia) debe medirse objetivamente sobre una base regular.
Por lo tanto, a pesar de que una agencia de traducción con la norma ISO 9001:2000 no siempre puede garantizar la calidad de una traducción en particular, sí puede garantizar la calidad de su servicio, y esos procedimientos se establecen en un lugar que ayuda a proporcionar un entorno que incite a un producto de alta calidad. En una industria tan subjetiva, esto es lo más objetivo que se puede conseguir. Proporcionar esta clase de tranquilidad es lo que diferencia a una empresa certificada ISO del resto.
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